Hace cinco años que no vengo a
casa, “casa”, este lugar ya no se siente como mi hogar. Si, aquí vive mi
familia y si, aquí viví casi toda mi vida, pero desde hace cinco años que se
siente muy doloroso estar aquí.
Mañana es la boda de mi hermano,
es la única razón por la que tuve el coraje de coger un avión hasta
Cherrieswood, Javi se casa con su novio de la secundaria Salomón, los amo con
locura y ellos a mí por lo que no me perdonarían mi ausencia en el que puede ser
el mejor día de sus vidas hasta el momento y yo tampoco me perdonaría el
perdérmelos a los dos recitando sus votos frente al juez y todos los que los
queremos.
No debería sentirme tan nerviosa
como me siento, vamos que han pasado poco más de cinco años desde que puse un
pie en este lugar y me jure no volver, y bueno aquí estoy conduciendo desde el aeropuerto
hasta la casa de mis padres, pero no puedo evitar sentir ese dolor en mi pecho,
anticipación me dice mi subconsciente, con solo pensar que posiblemente lo
vuelva a ver, si es que no ha salido huyendo de aquí como yo lo hice y este
triunfando, siendo el rockstar que siempre quiso ser.
Mi relación con Terry nunca fue
algo del agrado del pueblo, siempre nos decían que no íbamos a funcionar, que
éramos muy diferentes, que nuestros mundos no se parecían en nada, que yo iba a
salir lastimada y por mucho que me cueste admitirlo en la última parte tenían
la razón, yo salí lastima, le entregue mi corazón y nunca me lo devolvió, pero
por lo demás, yo nunca le di color a esos comentarios mal intencionados, él sí.
La verdad es que éramos muy distintos, Terry era un chico de clase humilde y yo
vengo de una familia acomodada, todos sus huesos le pertenecían al rock y yo
por mi lado solo disfruto de la música en general, Terry desde que tiene uso de
razón se soñaba en un escenario lleno de fanáticos que coreen sus canciones (en
realidad deseo que lo haya logrado) y yo solía pensar que mi máxima meta en la
vida era ser grande, rica y poderosa hasta que lo conocí a él y me enseño que
en la vida hay más que dinero, que la felicidad no se compra y por esa
enseñanza le estaré eternamente agradecida.
La primera vez que lo vi, mi
familia y yo estábamos cenando en el CherriesKitchen, el propietario es amigo
de la infancia de mí padre por lo que íbamos muy a menudo, aquel día estaban de
aniversario y tenían música en vivo, Terry estaba tocando la guitarra, su voz
parecía terciopelo que acariciaba mis oídos, una voz suave y dulce, pero él
lucia fuera de lugar, usaba un traje que no iba nada acorde a su cabello largo,
recogido en una pequeña cola de caballo a la altura de su nuca, además tenía
las orejas perforadas y en su ceja derecha tenía un pequeño aro, hacía que el
rostro se le viera como el de un chico malo, peligroso. – No es muy apuesto y
¿qué es eso que le crece alrededor de la boca? Lucia puedes aspirar a algo
mejor – me dijo Javi al descubrirme viéndolo descaradamente, a veces puede ser
brutalmente honesto, es parte de su encanto y la verdad es que no lo era, tenía
una escasa barba candado que no le favorecía en nada, pero había algo en él que
desde ese momento me cautivo.
Soy hermosa, eso lo sé, pero no
soy el tipo de chica del que todos los hombres mueren por ella, así que quien
dio el primer paso fui yo, una vez terminada la cena, me dirigí hacia él y me
presente, nunca olvidare su rostro, parecía un poema – Hola mucho gusto, Lucia,
cantas hermoso – le dije extendiéndole mi mano – el gusto es mío, Terry ¿Qué
puedo hacer por ti? – me respondió con una enorme sonrisa en sus carnosos
labios, la verdad es que siempre me han parecido muy provocativos, cada que
tenía oportunidad los mordía – solo quería entregarte esto – le entregue una
nota que decía “llámame, no te prometo nada, solo quiero conocerte” y así fue
como todo comenzó, cuando recibió la nota, al principio parecía extrañado, pero
luego me premio con otra sonrisa, así que me di la vuelta y regrese con mi
familia.
Al tercer día de haberle visto, a
mi móvil entro una llamada de un número desconocido, era él, me invito a verlo
actuar en un bar del centro de la ciudad, al escucharlo quede en shock, no se
parecía nada a la dulce melodía del restaurante, era un sonido alto y
estridente, pero al mismo tiempo era melodioso y lleno de ritmo, Terry estaba
en su territorio y se le notaba, estaba glorioso, vestía unos Jeans negros
ajustados y camiseta sin mangas negra de guns and roses, tenía el cabello
suelto, unos risos castaño claro, sedosos al tacto, claro en ese momento no lo
sabía, pero moría por descubrirlo, yo por mi parte si parecía totalmente fuera
de contexto, tenía un sencillo vestido azul cobalto y sandalias bajas, aun así
no me importo, yo estaba ahí para verlo, siempre fue así, no importara lo fuera
de lugar que pareciera estar, yo siempre estaba presente para escucharlo y
apoyarlo en cada uno de sus toques.
Cuando éramos una pareja oficial,
Cherrieswood se escandalizo, sus amigos no me querían, mis amigos no lo
querían, solían decirme “que hace una chica dulce como tú con un rufián como
él”, esos comentarios me enfurecían, nadie conocía a Terry como yo lo hacía, él
era un hombre dulce, sentible, inteligente, seductor, él Terry que yo conocía
era un hombre en todo el sentido de la palabra, los demás no veían más allá de
su exterior, de la misma forma en que siempre me han visto a mí, nada más allá
de una cara bonita.
No voy a decir que nuestra
relación era perfecta, discutíamos mucho, a Terry siempre le afecto el hecho de
que “no encajaba en mi mundo” donde yo siempre le decía que él era mi mundo,
los últimos cinco años he vivido sin el uno y sin el otro y he sobrevivido.
Conocer a Terry fue la mejor decisión que he tomado en mi vida, dejarlo, la más
difícil y dolorosa, aun mas que abandonar el que consideraba mi hogar, porque
es demasiado doloroso respirar el mismo aire que él respira ¿Por qué lo deje si
lo amaba o más bien, si lo amo tanto? Fue lo mejor para él, tanto era su amor
hacia mí, que se estaba convirtiendo en toxico, ya no salía con sus amigos,
porque yo no era de su agrado, hablaba de conseguir un trabajo real, como si
cantar no lo fuera, estaba perdiendo su esencia, ya no quería ser lo que una
vez me hizo enamorarme de él y no podía permitirlo, así que me fui, sin decirle
un adiós, ni una razón.
Ahora estoy en el porche de la
casa de mis padres, paralizada, pegada al el volante del carro, atragantada con
las lágrimas que no he querido derramar desde que baje del avión, es demasiado
fuerte estar aquí, aun mas si el objeto de tu debilidad esta caminado hacia ti.
Luce distinto, tiene el cabello corto, ya no es tan delgado, viste como un
profesional, mis padres dirían que ha madurado, camisa manga larga y pantalón
clásico, ese no es él y ahora tiene una barba completa, me recorre un
escalofrió, al recordar el roce de su barba en mi espalda, cuando estábamos
juntos, esa era una de sus formas de mimarme. Pero ¿Qué hace aquí? ¿Salomón le
habrá dicho que venía hoy? O ¿habrá sido Javi? No puedo moverme, menos si sigue
escrutándome con esa mirada, amo esos ojos, lo amo todo a él, han sido unos
largos cinco años, los dos hemos cambiado, de eso estoy segura, entierro la
cabeza en el volante, ahora está al lado de mi puerta.
Abre la puerta y me saca del auto
como si fuera una pluma, al segundo que siento sus brazos a mi alrededor, me
quiebro, cinco largos años añorando su cercanía y ahora el me sostiene contra
su pecho, mientras lloro desconsolada, aun huele a él, me caricia la espada
como lo hacia antes. Cuando logro calmarme de doy cuenta que estoy sentada en
su regazo, en los escalones del porche de mis padres, lo miro y me dice:
-Has bajado de peso – y me regala
una gran sonrisa que sobresale, siempre brillante, de su espesa barba.
-Eso parece – logro balbucear, en
estos últimos cinco años me he dedicado cuidar de los demás, pero antes he
tenido que cuidar de mí, así que baje de peso, me ejército y como bien, era la
única forma de hacer que mis pacientes lo hicieran, siendo yo el ejemplo.
-Luces bien – se toma un momento
– lo siento - me susurra en el oído y se me eriza toda la piel, he perdido la
costumbre de tenerlo cerca y eso ha sido un movimiento muy íntimo de su parte.
-Si yo he sido quien te ha
dejado, me fui Terry sin decirte nada…
-Pero yo no hice nada para
detenerte – me interrumpe.
-No te di opción alguna, deje mi
celular aquí, mi auto, cerré todas mis redes sociales, no te di manera de
contactarme – digo derrotada ¿cómo es que yo lo dejo y él es el que termina
pidiendo disculpas?
-Lucia yo siempre he sabido donde
estas, Javi me ha mantenido informado
-Así que él fue el que te dijo
que venía hoy – ahora todo tiene sentido, el asiente con la cabeza y sigue
hablando.
-Solo que no fui lo
suficientemente valiente como para seguirte, al principio pensé que me dejabas
por que el peso de lo que decía la gente pudo contigo.
-sabes que nunca me ha importado
el que dirán – digo algo mal humorada ¿aún no me conoce?
-Sí, lo sé, pero estaba
desesperado y sabes bien que a mí si me afectaba lo que decía los demás de
nosotros, diablos lu – te rasca la parte baja de la cabeza, como cuando
intentaba decir algo pero no encontraba las palabras – yo te amaba, aun te amo
y tú solo te fuiste ¿Qué podía pensar?
-Terry yo realmente siento no
haberte dicho nada, mas no lamento haberlo hecho, te estabas perdiendo a ti
mismo por estar conmigo, hablabas de dejar la música, yo no podía permitir eso,
y si mi compañía era lo que te hacía pensar eso, prefería irme, a dejar que
abandonaras una gran parte de ti, pero parece que mi sacrificio no sirvió de
nada – digo señalando su ropa, no puedo obviar el hecho de que no parece él.
-Lucia solo es un corte de pelo y
ropa, nada más – dice agarrándome él rostro - sigo siendo yo, un poco más
maduro, sí, he madurado, pero sigo siendo yo, aun canto, nunca dejare de
hacerlo, pero también amo mi trabajo, ahora soy maestro y enseño a los demás a
amar la música tanto como lo hago yo – parece como si me hubieran quitado un
peso de encima, él ha cambiado pero entonces yo también lo he hecho – los
sueños a medida que pasa el tiempo cambian, sino mírate a ti, soñabas con ser
una gran empresaria y ahora eres una exitosa fisioterapeuta, te ganas la vida
ayudando a los demás a seguir adelante, a recuperarse – lo miro asombrada ¿Cómo
sabe eso? – Javi – responde, siempre supo que pensaba, parece que eso tampoco
ha cambiado.
-Yo también amo mi trabajo – le
digo algo tímida, ahora se siente ridículo seguir en sus brazos, intento
levantarme, pero endurece su agarre en mi cintura.
-No te alejes, me gusta tenerte
cerca, me has privado de esto ya hace demasiado tiempo – dice sensualmente en
mi oído y parece que mi cuerpo reaccionara a sus palabras, yo también lo he
extrañado – gracias, pero no vuelvas a dejarme, por favor, no sé si resistiría
a perderte de nuevo – dice en mi cabello.
-¿Por qué me das las gracias? –
respondo algo confundida, el resto de sus palabras no pasan desapercibidas pero
primer necesito saber porque me da las gracias.
-Me hiciste abrir los ojos, una
vez que comprendí el porque te habías ido, que lo hiciste por mi propio bien,
trabaje muy duro para que cuando volvieras encontraras un Terry mejor, uno al
cual el que dirán poco le importara, uno que no perdería su ser por querer
encajar en un lugar, donde en un principio nunca se le pidió que lo hiciera, así
que aquí estoy yo Terry Niel Johnson, músico empedernido, maestro asombroso y
locamente enamorado de Lucia Rose Méndez pidiéndote que no te vallas y que me
des una segunda oportunidad ¿me aceptas?
-ohh! Terry – no soy capaz de
detener mis lágrimas - yo no solo me fui por ti, lo hice por mí también,
necesitaba crecer y saber cómo manejar todo este amor que siento por ti,
necesitaba encontrar algo que me llenara, me hiciste dar cuenta que mi sueño
era algo banal, necesitaba un nuevo sueño y saber que podría ser capaz de
hacerlo por mí misma, me volví tan dependiente a ti que me daba miedo – me tapo
el rostro, no puedo evitar la caída de este mar de lágrimas.
-Lo hiciste, lo hiciste
estupendamente – dice quitándome las manos del rostro.
-Apenas y sobreviví todo este
tiempo sin ti, Terry yo te amo tanto, el tiempo no ha podido alejar eso de mí.
-Yo también te amo lu, estos
cinco años han sido una dura prueba y por el cielo mismo que no ha pasado un día
en el que no piense en ti y noche en la que no soñara con tenerte conmigo,
ahora que estas aquí y que hemos hablado no pienso dejarte ir. – declara con un
tono decidido que nunca le había escuchado ¡este es el hombre que amo!
-No voy a ningún lado – le
contesto antes de besarlo, su nueva barba me hace cosquillas, pero me gusta, su
boca sabe a él y es el mejor sabor de todos.
-HERMANITA!!!! – Dice Javi detrás
de nosotros – me alegro tanto de verlos juntos de nuevo – sale corriendo y nos
abraza, mi hermano es el mejor de todos, le devuelvo el abrazo encantada, de no
ser por él, no tendría a el amor de mi vida a mi lado.
-Gracias hermano – le dice Terry
dándole un abrazo también, nunca los había visto llevarse tan bien antes,
verdaderamente las cosas han cambiado para mejor.
-Ahora sí que será el mejor día
de mi vida, con mi hermanita igual de feliz y enamorada que yo – dice sonriendo
– ahora levántense tortolos que la familia espera.
FIN.