jueves, 31 de julio de 2014

En la bahía de lo desconocido

En la bahía de lo desconocido se encontraban un Pitbull y una cachorra Golden Retriever, pertenecían a razas totalmente distintas, por un lado el Pitbull con su aspecto rudo, fuerte y de gran carácter, y por el otro lado tenemos a una hermosa cachorra Golden cariñosa, de aspecto delicado y muy juguetona, nadie se imaginaria que ellos no se encontraban juntos en la bahía por casualidad.
El Pitbull aun con su aspecto rudo llevaba noches enamorando el gran corazón de la pequeña Golden, le decía cosas inteligentes y hermosas que un perro de su raza nunca sería capaz de decirle, él era totalmente distinto a lo que ella siempre había conocido y dentro de su joven e ingenua existencia cayó profundamente enamorada del pitbull.
Noches atrás la pequeña Golden decidió tomar el riesgo y aventurarse en un viaje hacia la bahía de lo desconocido con su amor el Pitbull, él acepto sin miramientos. Se dirigían hacia un lugar donde nadie les diría que lo que creían tener estaba mal, que eran muy diferentes y que nunca congeniarían, ella fue valiente al tomar la iniciativa, puesto que el Pitbull aunque la quería para él, le temía al que dirán, ella no.  
Una vez en el camino la Golden al lado de su gran e imponente pitbull, sentía que el corazón no le cabía en su pequeño cuerpo, moría de felicidad, no paraba de decir le lo feliz que estaba de conocerlo, de tenerlo a su lado y que no cambiaría por nada ese sentimiento que ellos compartían, aunque no se conocieran por mucho tiempo, ella quería desesperadamente conocer todo de aquel hermoso perro que le robo el corazón. En un principio el Pitbull conversaba con ella de manera entusiasta, le decía que ella era lo más hermoso, inteligente, divertido e ingenioso que se había atravesado en su camino, el cantaba al oído y en los momentos en que descansaban la arrullaba entre sus brazos.
El tiempo pasó por ellos y el Pitbull se sentía cansado de su parloteo y la empezó a ignorar, solo caminaba a su lado y a veces daba la vuelta, la miraba y le dedicaba una sonrisa antes de volver al camino y si se detenían solo se acostaba y no la tocaba. Cuando la Golden se dio cuenta que había molestado al Pitbull, que lo estaba asfixiando, intento disculparse, pero aun así él la seguía ignorando, cuando se acercaban a su destino, tras un gran silencio la Golden hablo de nuevo, esta vez de manera tímida queriendo saber que pasaba por la cabeza del captor de su corazón, pero el Pitbull no respondió, pensaba que esto era un error, que alejarla de los que eran como ella no había funcionado, seguían siendo muy distintos, pero guardo esos pensamientos para sí mismo.
Una vez llegaron a su destino el Pitbull extrañado por el silencio y armado de valor para decirle lo que pensaba, se dio la vuelta y se encontró solo en la bahía, le entro el desespero y comenzó a llamarla y a buscarla, pasaron las horas y él seguía solo.
Lo que él no sabía es que horas atrás la Golden había tomado otra gran decisión, ella volvió a su hogar, si bien no se arrepintió de haber emprendido esa aventura con su Pitbull, también sabía que en su tiempo juntos no hizo más que entregarle cariño y trabajar por hacer más pequeñas las diferencias que los separaban pero no podía seguir al lado de alguien que no valorara su esfuerzo y que solo quisiera admirarla en vez de conocerla mejor.

El Pitbull iluminado por el abandono de la cachorra se dio cuenta que ella no intentaba apabullarlo con su charla sin sentido en todo el camino, intentaba conocerlo, nadie nunca había hecho el esfuerzo de derribar las barraras que toda su vida había creado, a su cabeza llego la idea de que ella quería ser de él y que ella fuera suyo, pero el Pitbull ya había dado por sentado que en el momento de ellos emprender su viaje ya se pertenecían, pensó que el esfuerzo que había hecho al principio bastaría para toda la vida y que ignorándola como lo hizo había destruido lo poquito que habían construido juntos solo por pensar que era molesto que hablara todo el día sin parar.